
18 Dic Día 19 de diciembre. Tiempo de Adviento
“Te llenarás de alegría y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor…”
La Navidad está ya muy cerca y la liturgia nos va colocando en situación. El evangelio de hoy nos regala un fragmento del inicio del Evangelio de Lucas y nos sitúa en el anuncio del nacimiento de Juan Bautista.
Zacarías e Isabel nos sirven como de bisagra entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. La historia de este matrimonio anciano y estéril nos recuerda a otros episodios similares en los que Dios interviene dando vida: Sara, Raquel, Ana, la mujer de Manoj…
La intervención de Dios a favor de la vida, a favor de una descendencia es recurrente a lo largo de la historia de Israel.
Y también es bastante frecuente la incredulidad humana. Es curioso, Zacarias está viendo un ángel, cosa que nunca le había ocurrido porque dice el texto que “se sobre saltó y quedó sobrecogido de temor”. El ángel le anuncia que va a tener un hijo y lo especial que va a ser, la alegría que va a suponer y lo implicado que está Dios en este asunto. Sin embargo, Zacarías no puede creer. Conoce tan perfectamente sus limitaciones, lleva tantos años cargando con la esterilidad, que sencillamente no puede creer.
Y también llama la atención que para confirmar la autenticidad de esas palabras se le impone otra limitación: se queda mudo. Ha recibido la mejor noticia de su vida y va a necesitar un prolongado silencio para acogerla en su corazón.
Isabel, por su parte, parece que no duda, se abre a la vida y la promesa de Dios. Descubre la mano de Dios sanando su vida y también se recoge para acariciar la vida que crece dentro de ella.
Oración
Ábrenos, Trinidad Santa, a la vida que viene de ti. No permitas que nuestra esterilidad nos haga dudar ante la vida que viene de ti.