
11 Jul Monacato con sentido
En estos días de julio estamos viviendo la experiencia del voluntariado con jóvenes. El tiempo mínimo que les pedimos es de 4 semanas. Sabemos que no es fácil «robarle» cuatro semanas al verano pero nos parece que esta oportunidad de vivir de manera alternativa, en el entorno de un monasterio, no merece un tiempo menor. El número de personas apuntadas es pequeño, no así el de interesadas por participar en el voluntariado si pudieran estar 10 o 15 días pero… no es posible.
Todo tiene un sentido, les decimos. Absolutamente todo lo que vivimos en la vida monastica tiene un motivo, una intención, un origen y una meta. Y todo lo «reducimos (?) a una sola palabra, a una única idea, a una concreta experiencia: DIOS.
Lo que decimos, cómo vestimos en los diferentes momentos, los espacios, los tiempos, los sonidos, los colores, el alimento, las conversaciones, el silencio, el tipo de trabajo, las opciones, la renuncias (que detrás de toda opción hay alguna renuncia),… todo, absolutamente todo lo hacemos por algo. O por Alguien.
¿Para qué vamos a quemar días viviendo en el «siempre se ha hecho así» o en la inconsciencia? No, para eso no me decido a entrar en un estilo de vida ciertamente exigente.
Busco una vida que me permita darme hasta el final, que me exija entregar mi afecto, que me enseñe a ser plenamente libre, plenamente atutónoma, plenamente mujer y persona. Y sé que esto suena extraño a los oídos que desconocen el sentido profundo de nuestra vida, a aquellas y aquellos que piensan (y opinan) que las monjas somos seres que vivimos fuera del mundo (?), ajenas a los problemas, desconectadas de lo cotidiano, de lo real,…
En este día de san Benito, padre del monacato occidental os invitamos a romper con cualqier concepto que tengáis de vida monástica, monja, monje, monasterio, monacato y todo lo que se relacione con ello. Empezad de nuevo, abrid vuestra mente…
«El monacato no se crea ni se destruye, solo se transforma» 😉
Feliz día de san Benito, patrón de Europa.