
21 Feb Adelante con lo que te ayude
Si rebuscamos en la historia de la liturgia veremos en seguida que la cuaresma no siempre duró 40 días. Tampoco el triduo pascual estaba formado como ahora. El caminar de la fe cristiana fue modificando los tiempos, las formas, los significados… La misma ceniza, tampoco la recibía todo el pueblo creyente, solo los penitentes públicos, cuando el concepto de “pecado” era otro.
La liturgia es algo vivo, porque está dentro del ser de la Iglesia, que también es algo vivo. Es necesario que todo siga evolucionando y dando respuesta a la fe de los y las creyentes de hoy. Pero esta sería otra reflexión.
Comenzamos el tiempo de la cuaresma. En nuestra casa, este año, queremos que sean unas semanas descubriendo el Amor de Dios, dejándonos interpelar por la gran noticia de que el nombre de Dios es Amor.
¿Dónde nos encontramos con Amor?
¿Cómo hacemos presente a Amor en nuestro día a día?
¿Qué respuesta damos a Amor cuando nos pregunta “dónde está tu hermana”?
Durante la cuaresma queremos ser conscientes de que es Amor quien nos busca y nos sostiene, quien nos regala la vida para que sea compartida.
Descubrir que somos hijas de Amor…
La cuaresma no es un tiempo para vivirlo por sí mismo, no. No tiene entidad propia. Los días previos a la cuaresma no son días “para prepararnos para vivir la cuarentena”. No. La cuaresma recibe su identidad de la Pascua, como el adviento la recibe de la Navidad, no lo olvidemos, y la esencia de la cuaresma es prepararnos para vivir mejor la Pascua. A veces parece que tenemos dos tiempos litúrgicos fuertes (cuaresma, adviento), dos semi fuertes (navidad, pascua) y el tiempo ordinario.
En cuaresma hemos de esforzarnos en aquello que nos ayude a vivir más adelante la alegría de la Pascua, la alegría de la vida, de la esperanza, de la Buena Noticia, de la bendita filiación, de la eternidad… Cada una sabrá qué es lo que necesita.
Si te ayuda ahondar en el silencio, adelante. Si te ayuda ser más consciente de todo lo bueno que recibes de los demás cada día, adelante. Si te ayuda dedicar más tiempo a la oración, perfecto, o si precisas buscar un espacio donde celebrar la fe, dale ahí. Si, en cambio, lo que te va a ayudar a vivir la Pascua de manera desbordante es reconocer los dones de esa/s persona/s que te saca de tus casillas, a por ello.
Si consideras que has de revisar tu generosidad, tu capacidad de autocrítica, tus dependencias, o aumentar tu sentido del humor, o tu disponibilidad…
Si tienes que abrazar más, pasar más tiempo con tu familia o tus hermanas de comunidad, o buscar más espacios para la soledad, ahondar en la Biblia, en textos de espiritualidad…
Si piensas que pasear por la naturaleza va a despertar en ti un mayor deseo de Dios, ¡a por ello! Si necesitas descubrir su presencia en los animales, en los insectos, en las hierbas del camino, no dudes en poner ahí tu esfuerzo.
Si para vivir la Pascua precisas de ser más flexible en tu concepción de la vida, más libre en tu pensamiento y tu actuar, o menos impositiva, más tierna, más serena…
Busca aquello que, durante estas semanas, vaya a ayudarte a pegar brincos de alegría durante la Pascua… y más allá.
No te prepares para vivir la cuaresma. Prepárate durante la cuaresma para vivir la Pascua. Ese es el verdadero origen de este tiempo litúrgico.
Nosotras queremos ser más conscientes de que “solo Amor basta”, nos ayudará, durante la Pascua, a mirar todo con más ternura, todo lo creado por Amor, todos los seres. Cada hermana de la comunidad sabe cómo preparase durante este tiempo.
Dicho esto… ¡arrancamos los preparativos pascuales!
Con alegría y libertad. 😉