
27 Ene Santa Inés, patrona de la Orden de la Santísima Trinidad
El 28 de enero se celebraba la fiesta de Santa Inés en el tiempo de San Juan de Mata, allá por el siglo XII. Este es el día que escoge nuestro fundador para celebrar su primera misa. En aquella eucaristía, Juan de Mata tuvo una experiencia tan honda que transformó todos sus planes, toda su vida. Para la Orden Trinitaria es una gran fiesta, en la que celebramos el primer paso de lo que ha sido a lo largo de la historia nuestra Orden. Los celebramos orando, y contigo compartimos nuestra oración.
¡Gloria a Ti, Trinidad, y a las personas cautivas, libertad!
Te damos gracias, Abbá, porque quisiste mostrarte a Juan de Mata
en aquella Eucaristía que celebraba en memoria de tu Hijo Jesús.
Fue para él una experiencia, un encuentro tan profundo
que toda su vida quedó transformada, convertida en pura entrega redentora.
En aquel mundo de enfrentamiento, violencia y sufrimiento
quisiste encomendar a Juan la tarea de la comunión que pacifica.
Por medio del diálogo fue sembrando esperanza
y resultó ser portador de tu luz en aquellas oscuras mazmorras de la esclavitud.
Tú quisiste que un día como hoy, cuando la Iglesia celebraba la memoria de la mártir Santa Inés,
él se tornase en testimonio y testigo de la fe que libera.
Pusiste en su corazón el anhelo de libertad para sus hermanos cautivos
y fortaleciste su voluntad para impulsarle a vivir de forma sencilla y atenta a tu Voluntad.
Puso sus ojos en tu Hijo Jesús, que con su vida, muerte y resurrección
derramó sobre la humanidad la fragancia de tu Amor fiel y eterno.
Nuestro corazón también está seducido por Él, nuestro alimento se encuentra en tu Hijo Jesús, su Palabra, su entrega.
Queremos ser vida entregada, pan partido y repartido.
Hoy nos unimos a tantas personas encerradas,
esclavizadas, perseguidas, excluidas por ser fieles a tu Hijo, a su Palabra, a su vida.
Ellas son fruto de la fertilidad de tu Hijo, testimonio vivos del amor hasta el final.
Nos sentimos en comunión con toda la Orden trinitaria,
tantas personas que por el mundo mantienen viva la llama que prendió Juan de Mata en la Iglesia.
Tú moldeas cada corazón y comprendes sus acciones,
ayúdanos a ser fieles a Ti, a elegir la justicia,
a denunciar con nuestra vida el pecado y el mal.
Que ni el miedo ni la duda nos haga desistir de nuestra verdad, de la libertad para la que nos has creado.
Queremos ser profetas de libertad
y no tener otros intereses sino los tuyos, Abbá, Padre bueno.
(Lo foto que acompaña el texto es de un fresco realizado por Javier Hoyos en el Monasterio de Monjas Trinitarias de Laredo. En él se puede ver a Juan de Mata redimiendo cautivos en unas mazmorras.)