agosto alt

Agosto recoge ya sus bártulos

Este último día de agosto se ha presentado con toda la traza de dejar claro que el octavo mes pasa a mejor vida y que cada vez estamos más cerca del otoño.

El cielo está vestido de riguroso gris, incluso ha llovido durante la mañana, tiñendo de muchos verdes los campos y provocando el silencio de los pájaros y el guarecerse de gatos y gallinas.

Estos dos meses de hospedería han sido muy intensos. Muy llenos.

Echo una mirada a la agenda y parece increíble que hayan estado aquí tantas personas en dos meses.

Cada huésped es un espacio nuevo a habitar, a reconocer y acoger. El sencillo gesto de abrir nuestra puerta a quien desea pasar unos días de silencio y oración automáticamente nos coloca ante la vulnerabilidad de la comunidad pues la proximidad facilita el conocimiento.

Quede claro que ser vulnerable no es algo a temer sino algo a agradecer. Ser vulnerable, y aceptarlo, conduce a la libertad.

Sigo mirando los nombres que decoran las páginas de la agenda de la hospedería y acuden a la memoria los rostros de muchas personas. Cada rostro es una historia. Cada historia es una realidad. Si además cierro los ojos, entonces puedo traer al pensamiento, y al corazón, las diferentes voces, las conversaciones, los encuentros, los perfumes, las tardes compuestas de muchas horas y de muchas palabras. las oraciones, los silencios compartidos, y las despedidas…

Aunque es cierto que «se nos cuelan» algunas personas cuyo interés es más el de ir a la playa que el de vivir unos días de silencio, la mayor parte de los huéspedes acuden con esa idea, la de regalar a su propio corazón la oportunidad de latir más profundamente y escucharlo. Ellas son las destinatarias principales de nuestro empeño.

Es hermoso encontrarse con algunas personas de año en año y compartir las vivencias de ese tiempo, . Tendría que haber una manera para poder grabar una marquita en la pared midiendo cada año lo que hemos crecido como personas.

Estamos intentando que nuestra casa sea un espacio donde el silencio sea la voz que más se escuche, que más resuene.

La agenda sigue abierta, agosto se despide pero llegará septiembre, y después octubre, y noviembre, y…

Que cada nombre propio, Dios Trinidad, sea tu palabra pronunciada.

Amén.