
08 Ene Día 9 de enero. Tiempo de Navidad
“Viendo el trabajo con que remaban, porque tenían viento contrario, a eso de la cuarta vela de la noche, va hacia ellos andando sobre el lago…”
El tiempo de Navidad está tocando a su fin y quizá también a nosotras se nos vea algo cansadas por el trabajo.
Las Navidades siempre traen un cierto trabajo. Todos nos esforzamos por ponernos a en “modo Navidad” y preparamos nuestras casas, nuestras comidas familiares, nuestras ropas de fiesta.
Tanto quienes disfrutan con estas fechas como a quienes las viven más a contrapelo, todos, hacen un esfuerzo. Todos intentamos ser mejores, abrir la caja de los buenos deseos y ya que se nos da la posibilidad de empezar de nuevo, hacemos buenos propósitos.
Si es que somos buena gente, como aquellos primeros discípulos que después de uno de los milagros más impresionantes de Jesús (la multiplicación de los panes) se vieron obligados a subirse a una barca sin el Maestro.
Aquella pobre gente estaba aturdida por dentro y cuando quisieron darse cuenta también estaban zarandeados por fuera. Pero en medio de la tormenta Jesús las ves. “Viendo el trabajo con que remaban”. En medio de nuestras dificultades tenemos sobre cada una de nosotras una mirada amorosa que ve nuestro esfuerzo y nuestras contrariedades. Y quien mira, no solo mira, sino que se moja.
Jesús saltó al lago en busca de sus discípulos en medio de la tormenta, en medio de la noche y del miedo. Por eso podemos estar seguras de su presencia en nuestras noches de miedo y de tormenta. Eso sí, quizá también a nosotras nos asuste su presencia. Pero, tarde o temprano, lo que nos llegará de su mano es la calma.
Oración
Sube, Trinidad Santa, a nuestra frágil barca zarandeada, cuélate en medio de nuestros torpes trabajos y transforma nuestro miedo en calma. Amén.