
01 Ene Día 2 de enero. Tiempo de Navidad
“¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?”
Nada más comenzar el año nos encontramos a Juan interrogado por los sacerdotes y levitas.
Le preguntan: “¿quién eres tú?” Pero en realidad le están diciendo: “¿quién te crees que eres. Juan se ha convertido en un personaje molesto. Las autoridades religiosas saben de su existencia (¡también de su éxito!) y empiezan a encontrarse incómodas.
El poder siempre se incomoda cuando surge alguna voz que empieza a decir en alto algunas verdades y quienes oyen empiezan a despertar. El poder, cualquier poder dominador, necesita siervos adormilados y obedientes. Que no piensen, que sencillamente sigan el guión.
Y Juan empieza a ser molesto. Con el interrogatorio de hoy más que conocer a Juan desean intimidarlo. Desean dejar claro que él no es quien para andar alborotando. Es un toque de atención, un aviso.
Sin embargo, Juan no parece intimidado. Aunque a los demás no les interese verdaderamente saber quién es, él sí lo sabe. Sabe quién es y el sentido de lo que hace. Ha pasado mucho tiempo en soledad y silencio, Ha acallado todos los ruidos y ha escuchado la voz de Dios.
Conoce a Dios porque se ha conocido a sí mismo y conoce su misión, el sentido de su existencia. No tiene miedo, tiene un por qué.
No está nada mal comenzar el año llenando de sentido nuestras vidas, ¿verdad?
Oración
Ayúdanos, Trinidad Santa, a conocernos mejor a nosotras mismas para que te conozcamos a ti y no perdamos el sentido.