
16 Dic Esta noche, la libertad. Y mañana también.
Esta noche la libertad, como la famosa novela de Dominique Lapierre y Larry Collins, un texto que narra el fin del imperio británico sobre la India y el nacimiento de Paquistán e India. Un clásico de la literatura que tiene ya más de 40 años.
Y más de 800 tiene san Juan de Mata, menos conocido que esta novela pero al que le podríamos atribuir el título de la misma.
Juan fue un soñador. Probablemente todos los fundadores y fundadoras de ódenenes y congregaciones sean soñadores pero Juan soñó a lo grande, porque soñaba, ni más ni menos que la libertad.
Más de ocho siglos han pasado desde aquel momento, y quienes nos sentimos herederas y herderos de su carisma seguimos empeñadas en hacer de la noche día, y de las cadenas peldaños de libertad.
Los eslabones son otros, más sutiles, en muchos casos. Sigue existiend la esclavitud en muchos países del mundo, la esclavitud tal y como la vemos en las películas. Se sigue comprando y vendiendo a hombres mujeres, niños y niñas para que realicen diversos trabajos: talleres de confección (echemos un vistazo rápido a las etiquetas de nuestros jerseys, zapatillas de deporte, pantalones,…), dispositivos electrónicos (¿cuántos móviles llevamos ya usados en los últimos cinco años?), café chocolate, piezas de mecánica,… Sí, como en las pelis, esclavos, solo que no llevan delantal y cofia blancos, la sangre no es tomate y las lágrimas las producen el dolor y la angustia y no la mentira de una cebolla.
En otros espacios la esclavitud, como decimos es más sutil, menos perceptible. A los de este lado del planeta, nos puede la codicia, el miedo a perder tanto como poseemos, nos ata la prisa, el supuesto bienestar, el no tener tiempo para nosotros mismos. Nos ata el miedo a exponernos, el temor a mostranos vulnerables, el que nos juzguen, no ser los mejores o casi los mejores, la incredulidad o la duda barata,… Tantas cosas nos aprisionan que Juan de Mata no sabría ni por dónde empezar.
Él lo tuvo claro. Sabía que quería liberar cautivos, los de su época, así que comenzó por el principio: buscando una comunidad (pidiendo ayuda a otros, compartiendo el sueño) y rezando (pidendo ayuda a Otro, aceptando Su sueño).
Y no hay más que hablar.
A partir de esta tarde comenzamos a celebrar el 17 de diciembre, fiesta de nuestro fundador, san Juan de Mata, y estamos de tiros largos.
¡A vuestra salud!
Que Dios siga invitándonos a ser libres y liberar.