madre suesa

Revuelta de Mujeres en la Iglesia

Siempre nos dicen que la dignidad y la igualdad de las cristianas y los cristianos es idéntica porque nace del bautismo… ¿por qué no se pone en práctica entonces? 

Nuestra palabra silenciada desde hace muchos, muchos, demasiados años.

#hastaquelaigualdadsehagacostumbre

Poco más que añadir.

 

Mi madre fue una aramea errante.

Padeció la esclavitud en Egipto.

Entonces se dirigió al Dios de nuestras madres

Sara, Agar, Rebeca, Raquel, Lía.

Alabada sea Dios que escucha por siempre.

Mi madre fue guerrera, juez y ramera.

Dios la llamaba de vez en cuando

para salvar y liberar a su gente.

Miriam, Yeal, Débora, Judit, Tamar.

Alabada sea Dios que salva por siempre.

Mi madre fue una judía Galilea.

Tuvo un hijo maravilloso

que fue perseguido, odiado y ejecutado.

María, madre de todas las penas, madre de todas nosotras,

Alabada sea Dios que da fuerza por siempre.

Mi madre fue una testigo de la Resurrección de Cristo,

la Apóstol de los Apóstoles,

rechazada, olvidada, proclamada prostituta,

María de Magdala, vanguardia en la Iglesia de las mujeres

alabada sea Dios que vive por siempre.

Mi madre fue apóstol, profeta, fundadora y maestra,

llamada al discipulado de iguales,

dotada de poder por Dios, Sofía de Jesús,

Marta, Febe, Junia, Priscila, Marta, Ninfa, Tecla,

alabada sea Dios que llama por siempre.

Mi madre fue una mujer cristiana llena de fe,

una mística, una bruja, una mártir, una hereje,

una mujer compasiva,

una nativa indígena, una esclava negra,

una inmigrante pobre,

una vieja hechicera, una mujer sabia,

digamos con ella en cada generación,

alabada sea Dios que nos representa a todas nosotras.

Por Elisabeth Schussler Fiorenza