banquete Suesa

El banquete a rebosar de gente

Dice Jesús hoy que el banquete no empieza hasta que la sala no esté llena de gente. Que no, que no da el pistoletazo de salida. Que no importa que algunos o algunas no quieran pasar, y que se excusen con motivos más o menos serios. Lo cual, dicho sea de paso, le sorprende bastante.

Que no, que no importa, que espera a que se llene la sala, porque no hay fiesta sin invitados, sin gente que desee implicarse y celebrar.

Cada cual con sus circunstancias que pase al banquete. No se puede dejar las circunstancias fuera, son parte de la historia personal. la persona ciega que pase con su ceguera, per que pase. Y la coja, con su cojera. Y la despistada. La enfadada. La desesperanzada. La exultante. La asombrada. La asustada. La aventurera. La fiel… Cada cual coja su vida y entre al banquete, que él espera para comenzar la fiesta.

Atrévete a entrar, no te disculpes si tu traje no es muy apropiado, o si no tienes nada con que corresponder, ¡mucho mejor!, ¡más gratuita es la invitación!, ¡más motivo para disfrutar y contribuir a crear una fiesta inolvidable!

Sonríe, ¡estás invitada!