margarita suesa

Sobre Margarita Porete y otras inquietudes…

Margarita Porete fue, según la he percibido, una seglar inquieta que vivió una época de cambios profundos como los que podemos estar viviendo ahora. Esas transformaciones de los siglos XII y XIII parece que han sido el impulso para que aquellas mujeres beguinas, como Margarita, buscaran otros cauces para canalizar su estilo de vida y vocación, más allá del matrimonio o de la vida monástica, demasiado reglada y que empezaba a resultar ya masificada. Margarita forma parte de la historia de Juliana de Norwich, Beatriz de Nazaret o Hildegarda de Bingen.

Pues yo también me siento inquieta, Margarita, porque tu actitud y la de tus antepasadas y seguidoras me remueven en medio de estos tiempos convulsos, donde mi Santa Iglesia la Pequeña, como tú decías, no se mueve casi nada ni da cabida a nuestra inquietud. ¿Cómo podemos caminar juntas, Margarita, para abrir espacios de libertad, para encontrarnos y compartir la vida y la misión? Siento que este mundo tan alejado de lo religioso, pero con múltiples manifestaciones espirituales, es mucho más complejo y exigente que tus siglos XIII y XIV. Aunque creo que es una excusa porque donde más me interpelas es por tu coherencia con la fe que manifestabas. Tú fuiste capaz de construir sola y junto a otras mujeres, pero yo no soy capaz de hacerlo.

Blanca Garí nos iluminó en el saber racional y experiencial de Porete en su «Espejo de las almas simples», así como margarita garide todo lo que se sabe de la época en que fue concebido y escrito (finales del siglo XIII) y su difusión posterior. Inició su ponencia y la concluyó con la referencia al aciago día de 1 de junio de 1310 en que la mística francesa junto a su libro ardieron en el centro de París.

Ninguna de nosotras acabaremos en la hoguera, aunque muchos nos pueden seguir juzgando por ahondar en la verdad de una misma, sea cual sea. Tu silencio valiente habló por sí mismo y es un nuevo signo de tu coherencia. Tú mirabas hacia dentro, mientras nosotras seguimos dispersas en soltar palabras que suenan bien aunque no siempre representen lo que vivimos. Y si tú hablabas, preferías la poesía, como trovadora de Dios. También hoy tenemos muchas personas que cantan a Dios desde su propia experiencia y con los géneros del momento, tan variados y sugerentes. Cuántas de ellas son poetas a lo divino, aunque no lo sepan  o no las acepten porque los cauces de expresión ya están estipulados, incluso los instrumentos que son permitidos o no en determinados contextos. Como si a la creatividad se le pudiera poner coto…

Son signos de los tiempos la existencia de tantas personas que no se adhieren a ninguna religión porque su experiencia y camino las han llevado más allá, o sea, les ha hecho trascender. Pero ya están dejando su huella a partir de la cual nos ponemos en búsqueda y nos buscamos.

Nunca llegaré a más perfección que a la perfecta imperfección. Me veo inquieta, esto sí, y en esto confluyo con la mística y el resto de buscadores de Dios. Intuyo que somos muchos, si bien no siempre nos encontramos.

Místicas medievales: una ventana abierta, como nos decía la profesora Garí, para profundizar en ellas en su camino hacia Dios y asomarnos después al mundo. Ojalá nos vayamos encontrando para dar luz a lo que venga, sin miedo ni juicios, con mucha creatividad. Pero juntas.

(Autor: participante en el curso de mística medival femenina del 26 al 28 de octubre organizado por Los Amigos del Monasterio de Suesa)