
03 Oct Libro de Rut (de Dolores Aleixandre)
Compartimos esta reflexión de Dolores Aleixandre publicada en www. periodistadigital.com
Para ver el original pincha aquí.
He estado animando un taller bíblico sobre el libro de Rut y a todos nos llamó la atención la insistente repetición de “Rut la moabita»¸ que hacía imposible no recordar el turbio episodio del incesto de las hijas de Lot con su padre que no voy a ponerme a contar aquí.
Moab fue hijo de aquella unión y dejó para siempre marcados a sus descendientes con una huella de indecencia y a las mujeres moabitas con fama de pérfidas y seductoras. Y claro los israelitas, que eran unos santos, pecaban una y otra vez por culpa de ellas.
Llega Rut, con su etiqueta de mujer fatal colgando del cuello y, para sorpresa del lector/a (“a ver qué nueva perversión nos trae ésta…”), fulmina cualquier prejuicio con su coraje, su fidelidad y su audacia y merece al final un colosal reconocimiento: es una “éshet jáyil”, una mujer valiosa, enérgica, comprometida y fiel. Se repite el mismo adjetivo del texto que antes se leía en las bodas: “Una mujer hacendosa (jáyil), ¿quién la encontrará? Es más preciosa que las perlas…” (Pr 30,10).
No le va mal a Rut lo de “hacendosa”: al describir su trabajo como espigadora, había recogido en una sola jornada el equivalente al salario de medio mes. Pero más allá de ese apelativo que incita a las mujeres a dedicarse recatadamente a las tareas del hogar, una buena traducción sería ésta: una mujer “de bandera”. Como si el narrador de la historia quisiera contestar a la pregunta: ¿”Quién la encontrará”? y respondiera: “.-Ya la hemos encontrado, está aquí, es esta chica moabita, no sigáis buscando”.
Continúan llegando a nuestras fronteras muchos nuevos moabitas/os y los recibimos con guantes y mascarillas, incluso con escafandra porque vete a saber lo que traerán. Nos asedian los bárbaros: más fronteras, más filtros, más vallas, más CIES.
Dinos algo, vieja Noemí, tú tan arriesgada y tan audaz, que acogiste a Rut la moabita dejando atrás tus recelos, prevenciones y miedos. Danos algo de aquella sabiduría tuya que te hizo intuir que era precisamente ella la que te traía el futuro.
La imagen (un fragmento) está tomada de http://www.fpesdras.org/: The Bible and its Story, Volume 3: The History, Joshua to II Samuel, de Francis R. Niglutsch.