
25 Sep Experiencia de voluntariado 2018
El pasado mes de agosto concluímos la experiencia de voluntariado de este año en nuestro monasterio.
La idea es acercar la vida monástica a los jóvenes, de entre 21 y 30 años, invitándoles a conocer más de cerca este estilo de vida alternativo.
A cambio del alojamiento y el alimento colaboran con nosotras en las diferentes tareas que puedan surgir: trabajar en el huerto ecológico, recuperar algunos espacios de a finca, mantenimiento de lugares diversos,… Lo que surja, siempre con responsabilidad y en un ambiente de «buen rollo».
Este «buen rollo» no quita para que invitemos a quienes participan a vivir esta experiencia un poco «más allá», y para eso nos ayudamos de momentos de silencio, de reflexiones y formación en diversos temas, de oración compartida y de un acompañamiento personalizado.
La experiencia de voluntariado está preparada para un pequeño grupo, muy pequeño, pero en los últimos años ha sido muy rica. Durante un tiempo mínimo de 4 semanas surgen muchas cosas, muchas inquietudes, dudas, preguntas,…
También se aclaran caminos, se toman decisiones respecto a la propia vida,… y se disfruta, mucho.
Irene y Ana han sido dos voluntarias este año, y lo han vivido con profunda responsabilidad, metiéndose de lleno, procurando «extraer el meollo dela vida».
Hemos sido testigos de su proceso interior a lo largo de los días, de las semanas.
Hemos compartido sus «rayadas mentales», los temores ante lo que descubrían a través del silencio y de la escucha, las risas contagiosas, el asquete por los bichos, la disponibilidad ante el trabajo, la apertura a nuevas ideas,…
También hemos recogido algunas lágrimas, su silencio en la oración, los despertares (o medio despertares) para llegar a la celebración del amanecer, las canciones, historias personales, inquietudes de futuro,… tantas, tantas cosas.
Y todo envuelto en el deseo de algo más, de querer vivir la vida conscientemente, agarrando firmemente las situaciones y mirándolas de frente. Deseo de vivir con intensidad, de aprender a descubrir novedad en cada cosa, en cada paso.
Gracias, Irene y Ana (IrAna) por compartir estas semanas. Descuidad, lo vivido aquí es semilla de futuro, regadlo vosotras que nosotras procuraremos seguir dándole calor.
Hasta siempre.