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Ayúdate con lo que te ayuda

Os pongo en situación: un grupo de personas adultas de distintos lugares, diferentes edades y diversas inquietudes.

Lógicamente, también en distintos puntos del camino de crecimiento como personas y como creyentes, porque eso sí, todas son creyentes.

Se habla de tomas de decisiones, de riesgos, de necesidad de cambios en la Iglesia, se pregunta, se opina, se reflexiona sobre la oración, el compromiso, la exigencia, la disciplina como camino para mantener vivas las opciones tomadas, la homosexualidad, los riesgos,…

La conversación es amplia, sincera.

Hay momentos de silencio, pero no es incómodo, es un silencio que construye la palabra siguiente, que implica la mirada, la emoción.

Y hay risas, complicidades, la mesa se llena de chispa, de aprenderes y enseñanzas que fluyen en distintas direcciones.

«Ayúdate con lo que te ayuda», dice alguien.

Y se bromea sobre la hondura de la frase, digna de epitafio o de tomo de «Citas célebres». Se hace la promesa de realizar una entrada en la web con esa frase.

Ayúdate con lo que te ayuda.

Esta aparente perogrullada nos la saltamos en una gran parte del día.

Las opciones que hacemos no siempre las alentamos, en ocasiones les ponemos trabas. ¿No es tu opción?, ¿por qué no la cuidas? Ya hay bastantes piedras (o tentaciones) en el camino de la vida como para andar buscando más.

Mejor será colocar el radar hacia lo que me conduce a la belleza, a la verdad, a la libertad… a quien soy.

Sí o sí a cada opción hay varias renuncias pero… ¿lo miro así?, ¿en negativo? No, no renuncio a nada, sencillamente he elegido.

Nunca una opción está terminada de hacer, sobre todo si es vital. Las opciones son a plazo fijo, por eso es necesario mimarlas procurando evitar aquello que pueda dañarlas o herirlas.

Quiero cuidar lo que elijo.
Necesito cuidar lo que elijo, lo que soy.

Y lo pronuncio.

Absurdo caminar por el filo de la navaja y encima ir descalza.

Ayúdate con lo que te ayuda.

Ayúdate con las palabras sinceras, con la mirada positiva y esperanzada, sabiendo que lo de mañana será aún mejor si aceptas cuidar lo que tienes, quien eres, como eres.

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Promesa realizada, amigas 😉

 

 

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