
13 Mar Canción del arrepentido (semana «laetare»)
Hoy voy a contar la historia
del arrepentido
que viviendo en la memoria
se perdió el camino.
Es hermano de ese que anda
siempre en el futuro.
Pasa temporadas largas
sordo, ciego y mudo
Hoy voy a cantarte la canción
del arrepentido.
Si saltas vives,
pero hay que saltar pa’ ‘dentro.
Y no hay parada de metro
que nos lleve a ese lugar
donde los miedos
se confunden con la vida.
Y no queda otra salida
que volvernos a encontrar
con el presente.
El que no lleva las cuentas pendientes
del más humilde hasta el más influyente.
El que te dice, oye Melen, pórtate bien,
Vamos pa’ Oviedo que nos deja el tren
Hoy voy a contar la historia
del que busca afuera,
queriendo encontrar culpables
para sus problemas.
Ese que va por la vida
con la razón siempre,
y no sabe que no existe
eso que defiende.
Hoy voy a cantarte la canción
del arrepentido.
Si saltas vives.
Pero hay que saltar pa’ ‘dentro.
Y no hay parada de metro
que nos lleve a ese lugar
donde los miedos
se confunden con la vida.
Y no queda otra salida
que volvernos a encontrar
con el presente
donde huyen a los fantasmas
y se ahogan las supersticiones.
Donde todo el mundo baila al ritmo
de los corazones.
Ay, donde todos los miedos, Carlos,
se desaparecen.
Donde todas las tristezas se van
cuando me ven aparecer.
Si saltas vives.
Pero hay que saltar pa’ ‘dentro.
Y no hay parada de metro
que nos lleve a ese lugar.
Donde los miedos
se confunden con la vida,
y no queda otra salida
que volvernos a encontrar.
¡Despierta!, con cada segundo que pasa
se cierra una puerta.
En cada mirada perdida se muere un paisaje.
Que cada momento que vuela no vuelve.
¡Despierta!, conecta
tu cuerpo mediante la mente o la fuente,
que mueve hasta lo que no ves
porque crees que es inerte
Y así podrás al fin saber lo que grita el planeta.
Ya llegó la hora de que miremos dentro.
Despierta