Querida CRT (3)

Hola de nuevo CRT,

He estado un rato soltando oscuridades, y me ha ido muy bien, la verdad. Hace unas semanas oía a alguien que decía, “somos un pestañeo”, y tenía razón. Si nos comparamos con el universo, las distancias, y el tiempo del universo, nuestra vida no es más que un pestañeo. Aunque a mí me gusta más hablar de un respirar. Nuestra vida está comprendida entre una inspiración y una espiración. Después de “darnos a luz”, lo primerísimo que hacemos al nacer es… (Piensa unos segundos) ¡Muy bien!

¡Respirar!

¿Y por dónde empezamos? Por llenar los pulmones de aire, por inspirar, por recibir el soplo de Dios en nuestras narices, como dice el libro del Génesis que hace Dios con el ser humano.

No tengo ni idea de cuántas veces respira un ser humano en su vida, pero me gusta pensar que somos el respirar de Dios, me gusta sentirme respirada por Dios, y mirar a las demás personas desde esta perspectiva, ellas también respiradas por Dios. Todas, muchas no, todas. La vida no está hecha a mi pequeño y débil respirar, sino al respirar de Dios.

La segunda parte de la celebración está íntimamente conectada con el aire, con la respiración.

Es el espacio dedicado a la Palabra, a la Palabra de Dios. Para hablar necesitamos tomar aire, y en el momento de la espiración modular la voz para dejar salir lo que nuestro interior quiere expresar. Hablar, proclamar la palabra es darle vida con tu propia vida, es entregar. ¡Quien ha recibido clases de canto sabe muy bien a lo que me refiero!

Puede que hablar en estos términos resulte un poco metafísico para quienes vivimos en la cabeza pero no es así para el mundo hebreo. El texto que vamos a escuchar está escrito desde esa cultura, desde esa forma de entender y contemplar la vida. Es una cultura que da mucha importancia a la acción de leer la Palabra en voz alta ante la comunidad reunida.

El texto sagrado en las sinagogas, en el mundo judío, solo tiene consonantes. Para ellos las consonantes son las expresiones del espacio y tiempo en nuestro mundo, así como las partes de nuestro cuerpo que se encargan de articularlas. Por eso los textos sagrados no presentan vocal alguna ni signos de pronunciación, ya que las letras cobran vida entonces y se complementan en un todo como poseedoras de alma y espíritu sólo cuando se las pronuncian con la melodía del habla al exhalar aire, que es el hálito de vida que Dios le ha dado al ser humano junto con el talento de crear.

Entendido así cambia totalmente la manera de leer en misa, ¿no?

Ya sé que no somos judíos, pero ellos son nuestros hermanos mayores. De alguna manera también en castellano le damos importancia porque utilizamos un verbo especial. Diferenciamos entre leer la Biblia y proclamar la Biblia. La diferencia es cualitativa. Proclamar la Palabra es llenar de vida a la palabra en este momento concreto.

Y es a través del aire como se trasmite la palabra hasta el oído de quien escucha. En la Vigilia Pascual se le da mucha importancia a la Palabra, escucharemos siete lecturas tomadas del Antiguo Testamento y dos del Nuevo Testamento.

Este año hay una novedad importante en la capilla del monasterio, encontrarás una vidriera por la que entra la luz al coro monástico, todo una simbología de la Presencia, el beso entre la Luz y la Palabra. Y es que en el vitral también está representada la Palabra de Dios, especialmente creo que es fácil encontrar la primera lectura que escucharemos, la lectura de la creación. A partir de ahí, posiblemente vayas descubriendo las demás lecturas representadas. Desde esta propuesta de convertirte en una persona contemplativa mientras escuchas las lecturas, te recomiendo que te quedes con estas palabras:

Creación-Novedad-Libertad-Amor-Alianza-Sabiduría-Identidad-Un tiempo nuevo-¡Ha resucitado!

Pronúncialas, despacio, de forma sagrada, dales vida, vete saboreándolas desde esta instante.

Ya sabes la frase que se le atribuye a San Agustín “quien canta ora dos veces”. El aire que recibes lo armonizas con tus entrañas y lo regalas convertido en canto. No quería acabar esta carta sobre el aire y la Palabra sin hacer referencia al canto. A lo largo de la celebración vas a tener muchas oportunidades de unirte con tu canto, así que vete afinando la voz, sin vergüenzas, que Dios ya te conoce, ¡eres su preciosa CRiaTura!

Nada más por ahora, respira hondo y sigue disfrutando de la Luz que te acompaña.

En un abrazo Trinitario,