8 marzo mujeres suesa

Mujeres en la Pascua

Mujeres anunciando la Pascua, sí. Hoy unimos este 8 de marzo, día de la Mujer, día de las Mujeres, con el próximo anuncio de la Pascua así que compartimos un pregón pascual compuesto por nuestra comunidad.

Os dejamos el texto y aquí podéis descargarlo con la música por si os interesa.

¡Hermanas, feliz día!

 

Una mujer:

¡Hermanas y hermanos míos del corazón!,

hoy os regalo el anuncio

que nuestras madres recibieron

en un alba de luz clara y brisa cálida.

 «Adelante, amigas, vamos a ungir

con aromas el cuerpo vivificante y sepultado,

la carne que yace en el sepulcro

pero que resucita a Adán el caído.

De prisa, vamos y como ya lo hicieran los magos

adorémoslo, a El que ahora está envuelto

no en pañales sino en la sábana,

llevemos como dones los perfumes.

Y llorando digamos:

Resucita, Señor,

tú que a los caídos

concedes la resurrección.»

El Cristo depositó en María, la de Magdala,

Juana, María la de Santiago

y las demás mujeres

 el ministerio de la Vida.

Sábado oscuro.

La tierra entera gemía,

las aguas danzaban desacompasadas,

el cielo gritaba en un silencio abierto,

 y todos los seres: vientos, montañas,

cuadrúpedos, peces, árboles y aves

consumían la oscuridad

sin confianza en el amanecer.

Nuestras madres madrugaron,

con sus brazos llenos de perfumes,

en procesión amorosa, mujeres de deseos,

cuya esperanza movió la piedra.

Alguien envuelto en luz divina

pronuncia el nombre de María

 su palabra despierta la risa

y María anuncia dichosa.

María de Magdala:

¡He visto al Señor, he visto al Señor, he visto al Señor!

 Una mujer:

El corazón se les desboca, no se atreven a creer,

pero el deseo vence de nuevo,

y se cumple la profecía:

“¡no tengáis miedo, que Yo estaré hasta el final!”

 

Todas las mujeres ¡He visto al Señor!

¡He visto al Señor!

¡He visto al Señor!

 

Una mujer:

Danza apresurada se vuelve el camino de regreso.

De las manos les gotean flores que adornan sus huellas.

¡Es verdad, es verdad! ¡La noche ha concluido!

¡Abrazos, danzad, la creación ha desbordado el universo!

 

Todas las mujeres: ¡He visto al Señor!

¡He visto al Señor!

¡He visto al Señor!

Una mujer:

También vosotros, hermanos del corazón,

cantad, abrid el alma a nuestra palabra.

Caminemos a Galilea, allí nos aguarda el Señor.

Hagamos un solo camino, uno infinito que lleve a las entrañas de Dios./

¡Cantad, hermanos, cantad!

CORO: ¡He visto al Señor!

¡He visto al Señor!

¡He visto al Señor!