Edith Stein. Teresa Benedicta de la Cruz

Hoy celebramos la fiesta de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, una mujer apasionante, inteligente, luchadora y comprometida. Una buscadora incansable de la verdad, cuya búsqueda la llevó al encuentro profundo y sincero con el Dios de la Vida. Demos gracias a Dios por el regalo de personas tan apasionas y comprometidas como ella.

Y ahora podemos disfrutar de un breve texto suyo:

 “Cada una debe conocerse lo suficientemente a sí misma como para saber dónde y cómo puede encontrar sus momentos de tranquilidad. Lo mejor, si es posible, es desahogarse un momento frente al tabernáculo y volver allí todas nuestras preocupaciones. Quien no pueda hacerlo, porque quizá necesita un poco de serenidad física, puede tomarse un respiro en la propia habitación. Y si esa tranquilidad exterior no fuera de ninguna manera posible, si no se tiene ningún lugar en el que uno pueda retirarse un momento y si las obligaciones apremiantes nos privan de una hora de tranquilidad, entonces deberíamos por lo menos por un momento cerrarnos a todas las otras preocupaciones para poder remontarnos al Señor. Él está siempre allí presente y puede darnos en un instante todo lo que necesitamos.

Así se desarrollará el resto del día, quizá con mucho más cansancio y fatiga, pero en paz. Y cuando llega la noche y la revisión del día nos muestra que muchas de nuestras obras fueron fragmentarias y otras, que también nos habíamos propuesto, quedaron sin hacer y se despierte en nosotros una suerte de vergüenza y arrepentimiento, en ese momento habremos de tomar las cosas tal cual son, hemos de ponerlas en las manos de Dios y abandonarlas a Él. De esa manera se puede descansar en Él, para, después de recuperarnos verdaderamente, comenzar el nuevo día como si fuera una nueva vida.”

(Fragmento de los Caminos del Silencio interior de Edith Stein.)