
19 Jul La Orden de la Santísima Trinidad.
Nuestra Orden cumple ya la venerable edad de más de 800 años. Podemos situarnos hacia finales del siglo XII, más concretamente en 1198, año en el que el Papa Inocencio III aprueba la regla de la Orden de la Santísima Trinidad para la redención de cautivos.
Juan de Mata es un maestro teólogo de la universidad de París que siente la inquietud en su corazón de una vida de mayor entrega. Sin tener muy claro aún su camino se ordena sacerdote cuando contaba con unos 35 años, es decir, una edad más que mayor en esa época para dar ese paso.
La tradición nos cuenta que en la celebración de su primera misa Juan tiene una visión, contempla a Cristo sentado entre dos hombres encadenados, uno con la tez clara y el otro morena. Mucho debió de impactar al nuevo presbítero esa experiencia puesto que esta imagen será el sello que encontramos en los documentos de la época. Además años después la haría plasmar en forma de mosaico y mandaría colocarla en la fachada exterior de una casa de la Orden en Roma. Este icono será el testamento espiritual de nuestro fundador, que siendo un erudito prefirió dejar una imagen sagrada, como legado y no un tratado teológico. (Ver vídeo sobre el icono de la Orden Trinitaria)
Tras esa experiencia, Juan de Mata se retira a Cerfroid, al norte de París, a un lugar desierto y tranquilo en el que orar y reflexionar sobre la nueva inquietud que siente. En esa época está en pleno auge las controversias en torno al misterio de la Trinidad y Juan, como maestro teólogo, no es ajeno a ellas. No menos en auge están las noticias y conflictos que llegan de los cristianos apresados en tierras musulmanas y obligados a rechazar la fe en Jesús.
Estas dos cuestiones afectan profundamente a Juan de Mata y entiende que el Espíritu le anima a fundar una Orden con ese doble carisma: la alabanza a la Trinidad y la redención de los cautivos.
En Cerfroid toma contacto con algunos ermitaños que habitaban los bosques de la zona. Entre ellos se encuentra con Félix de Valois, personalidad importante en la tradición de la orden, a quien se considera co-fundador de la misma. Este grupo de ermitaños así como otras personas ilustres, a saber, el obispo de París o el abad de San Víctor, además de algunas mujeres bienhechoras, como la condesa Margarita de Borgoña, le apoyarán en su empeño. En aquel paraje de silencio y oración escribe la regla de vida para la nueva fundación que proyecta, único documento que conservamos escrito por él. Acude a la presencia del Papa, Inocencio III, para solicitar que apruebe su proyecto innovador. EL 17 de diciembre del año 1198 es aprobada la nueva Orden al servicio de la Iglesia universal.
Juan de Mata muere el 17 de diciembre de 1213 en Roma, en la casa de Santo Tomás in Formis. Deja una treintena de casas extendidas por la corona de Castilla, la Corona de Aragón, la Provenza, el norte de Francia, Palestina e Italia. Esta expansión continúa, siendo así que a finales del siglo habrá cerca de las doscientas casas trinitarias repartidas por el mundo. Entre ellas está la casa de Avingaña, en Lérida, fundada por él mismo en 1201 y que en 1236 se convertirá en el primer monasterio de monjas trinitarias.
Para conocer más sobre la historia de nuestra Orden:
AURRECOECHEA, José Luís; MOLDÓN, Antonio, Fuentes históricas de la Orden Trinitaria (s. XII – XV), Córdoba, Secretariado Trinitario, 2003.
PUJANA, Juan, Bibliografía, en La Orden de la Santísima Trinidad, Salamanca, Secretariado Trinitario, 1993.
MONJAS TRINITARIAS DE SUESA, Monjas Trinitarias de Avinganya. Monacato femenino medieval. Ed. Milenio, 2011