La oración litúrgica de la comunidad está abierta a cualquier persona que desee compartir su fe.
La oración de la mañana es un tiempo de alabanza, de apertura y disponibilidad ante el día que comienza. El momento de la sorpresa ante lo que vayamos a vivir.
En la oración del atardecer se nos invita a dar gracias por la jornada, a presentar a Dios con humildad y sencillez el trabajo del día.