suegra

Sábado de la XII Semana del Tiempo Ordinario

 “Al llegar a casa de Pedro, encontró a su suegra en cama con fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirles.”

(Mt8, 5-17)

Jesús llega a casa y se encuentra a la suegra de Pedro en cama con fiebre. En la mayoría de los relatos de milagros es la persona enferma quien busca a Jesús o alguien le pide que vaya a sanar a otra persona. Pero en este caso nadie ha ido a buscar a Jesús, y sin embargo, Jesús entra en la casa de esta mujer y le trae la salud.

Ella está en su espacio, en su hogar, pero la fiebre no le deja actuar. Cuando Jesús llega no puede recibirlo. Sin embargo, cuando es liberada de la fiebre, cuando puede ser ella misma, entonces se revela como auténtica discípula de Jesús.

El texto dice que se levantó y se puso a servirles. El servicio es la nota distintiva de quienes se adentran en el camino de seguimiento de Jesús. Por eso podemos decir que la suegra de Pedro se revela como auténtica discípula.

En tiempos de Jesús el ámbito de la mujer era el ámbito privado de la casa y es precisamente donde Jesús se hace presente y al mismo tiempo hace de la suegra de Pedro una verdadera discípula suya.

Con Jesús, Dios ha irrumpido en cada rincón de la vida humana y nos ha hecho saber que Él está para todo ser humano, para cada mujer y para cada hombre, especialmente para todas aquellas personas que quedan en los márgenes de cualquier tipo. Toda la vida de Jesús es un continuo recordarnos que todo ser humano, sea como sea y esté donde esté, tiene a Dios a su lado, preocupado y pendiente, como una madre por su hija.

Oración

Ven, Trinidad Santa y libéranos de todas esas fiebres que no nos dejan ponernos a tu servicio. Amén

Domingo XII del Tiempo Ordinario