Espíritu suesa

El Espíritu que te mereces…

…es el Espíritu que te regala Dios.

No busques más motivos, no los hay, es el desprendimiento de un amor pefecto, del amor de Dios hacia ti.

La Ruah Santa es la perfección del amor, la que lo dinamiza, lo hace eterno. Ella rodea al Padre (Madre) y al Hijo, y establece la conexión.

El Espíritu encuentra en cada una de nosotras un espacio abierto donde generar emoción y vida, pasión.

No te preocupes por la oscuridad de tu alma, o de tu mirada. No te excuses aduciendo que no puedes, o que fallaste, o que no pusiste suficiente interés. No importa. La Ruah completa el camino.

La Sabiduría de Dios se abre camino en la vida humana para alentarla y hacerla más sagrada, esto es, más comprensible, más amable, más vivible, más divina, más… normal.

El Espíritu que Dios te da es el compendio de tus deseos y de tus necesidades. La suma de lo tolerable.

Él sabe.

Fíate.

Déjale hacer.

Y calla.

Como mucho, muestra tu herida, o extiende tu vacío para que sea sanado, llenado, consolado.

La Ruah de Dios es don que se merece, que no se gana, sencillamente se recibe, porque sí, por puro amor, por «capricho divino».  Y esconde en la belleza de su gratuidad la potencia de desarmar a quien lo recibe, y revestirse de luz, de palabra creadora.

No te escondas al paso del nuevo Pentecostés, déjate llenar. Que los rescoldos de la Pascua se aviven con el soplo de la Ruah, con el aliento de Dios, así se te encenderá la vida, y arderás, quemarás, y de ti nacerá la pureza y la misericordia.